En los últimos treinta años venimos experimentando una revolución tecnológica atrás de otra. Internet y los smartphones se volvieron una parte fundamental de nuestra vida en muy poco tiempo.
Mientras que la primera generación de telefonía móvil solo nos permitía hablar, la segunda incorporaba los mensajes de texto, la tercera permitía ingresar muy lentamente a internet, el 4G nos permite hoy ver videos en vivo, streamear y realizar videollamadas.
Si le hubiéramos dicho a alguien en 2008 que íbamos a usar nuestro teléfono para brindar una videoconferencia, probablemente se hubiera reído de nosotros. La calidad de la cámara, y la velocidad de transmisión hubieran hecho que ese encuentro se volviera casi imposible de materializar, además de que nos habríamos gastado una fortuna en datos. Hoy es cotidiano. Gracias a la tecnología 4G, que está entre nosotros desde 2012, hacemos FaceTime o videollamadas de WhatsApp a diario. ¿Qué más puede lograrse con 5G?
En lo personal, me gustan bastante las películas de ciencia ficción. Si alguno de los lectores comparte esta afición, sabrá que Terminator 2: el juicio final (1991) dura aproximadamente dos horas. Con una red 3G podíamos descargarnos esta película, pero tardaríamos alrededor de 26 horas en hacerlo. Con 4G, tardamos hoy menos de 7 minutos. Con 5G podremos hacerlo en solo diez segundos. Sí, solo diez segundos.
Pero la gran velocidad de descarga es solamente un detalle de todo el potencial que tiene esta tecnología. La punta del iceberg. La quinta generación de telefonía móvil no solamente implica un salto cuantitativo en cuanto a velocidad de conexión, sino más bien uno de calidad y de posibilidades. Veamos algún ejemplo.
Con esta alta velocidad de carga y descarga de datos, los vehículos autónomos podrían minimizar los tiempos de respuesta y tomar decisiones más rápidas y seguras. Mediante la virtualidad, podríamos llegar a lugares a los que hoy no estamos llegando, por ejemplo, con clases a distancia. Podríamos medir la calidad del aire y del agua en tiempo real, o la polución en una zona determinada para generar ciudades más verdes y sostenibles. En el rubro de medicina, las posibilidades son realmente infinitas: desde intervenciones quirúrgicas a distancia reduciendo enormemente el riesgo de errores, hasta el desarrollo de la telemedicina a otro nivel.
Para ponerlo en números, según Consultora McKinsey, la industria del internet de las cosas (objetos conectados a internet) puede generar gracias al 5G un valor de entre 5 y 12 mil millones de dólares a nivel global.
Pero 5G no solo es una revolución tecnológica en sí misma, sino que principalmente es uno de los grandes habilitadores de la revolución digital que estamos viviendo.
Así como el 4G fue un gran impulso para el desarrollo de la ciencia de datos y la inteligencia artificial, el 5G provocará casi con seguridad un nuevo estadio en el desarrollo del internet de las cosas (IoT). Para ponerlo en términos simples: todo a nuestro alrededor estará conectado a internet, desde un lavarropa hasta nuestro auto.
Esto generará enormes volúmenes de datos e información, que podemos usar para tomar mejores decisiones. Hagamos el siguiente ejercicio: levantemos la mirada del diario, o de la pantalla, y miremos alrededor. Todo lo que veamos (libros, micrófonos, lámparas, electrodomésticos, cepillos de dientes, el comedero del gato, mobiliario urbano, etc.) es susceptible de ser conectado a internet y de generar miles de datos.
Con el 5G la inteligencia artificial puede estar literalmente en todos lados.
Podes leer la nota completa a Fredi Vivas en el diario El Perfil.